Si por algo destaca la gastronomía local es por su berberecho, el mejor de Galicia y un producto de excelencia reconocido en toda España.

Este bivalvo, rey de la cocina en Noia, es el principal recurso que se explota en los arenales de la villa. Los sedimentos que deja el río Tambre y sus afluentes en su desembocadura en la ría de Muros y Noia, propician que nuestra localidad sea el principal productor de berberecho en el Estado, llegando a recogerse un tercio de la producción española.

Se siembra y se cosecha a través de métodos artesanales, tanto desde embarcaciones como a través de marisqueo a pie, en un sector conformado mayoritariamente por mujeres. Su tamaño y sabor son los dos aspectos que marcan el sello de calidad de origen noiesa de este marisco. Puede degustarse en los diferentes establecimientos de la zona al natural o en empanada, principalmente.

La almeja de la zona es también un producto muy valorado en el comprado, llegando a los 120 euros el kilo en alguna ocasión.

 

Pero más allá de estos bivalvos, si hay una elaboración culinaria que destaca en Noia es la empanada. Se elabora con masa de maíz o de trigo, una peculiaridad que las diferencia de las del resto de Galicia es porque la de trigo, una vez en el horno,  se le da la vuelta como si de una tortilla se tratara.

Rellenas de berberechos de la zona, de carne o pescados como el bacalao o la xouba, hay una amplia variedad que el visitante puede degustar en los diferentes establecimientos y panaderías de nuestra villa.

Con estos suculentos productos como base de su gastronomía, sin duda cualquier visita a Noia debe acompañarse de una buena comida y una visita al mercado de abastos, un espacio perfecto para apreciar la diversidad de productos de la zona tanto del mar como de la tierra.

Para disfrutar de los mejores productos locales se creó el distintivo Km.0 Mar Galaica en la zona, que garantiza que los establecimientos hosteleros que incluyen este distintivo en su restaurante, trabajan con materia prima autóctona que proveen de la pesca costera artesanal y que en ningún caso fue transportada desde un lugar que se encuentre a más de 100 kilómetros desde su puerto de descarga.